El fabricante de baterías limpias no ha conseguido ser rentable por la dura competencia
Un éxito efímero. La niña bonita de las tecnologías limpias en Estados Unidos, A123 Systems, se ha declarado en quiebra. El fabricante estadounidense de baterías de litio decidió ayer acogerse al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, lo que supone entrar en suspensión de pagos, según informó la empresa en un comunicado.
La compañía anunció la venta de su negocio de baterías del sector de automoción a Johnson Controls por un importe de 125 millones de dólares (unos 96 millones de euros). Este negocio incluye las instalaciones industriales de Livonia y Romulus, en Michigan, así como una planta de producción de cátodos en China y la participación de A 123 de una ‘joint venture’ que constituyó con Shanghai Automotive. El consejero delegado de A 123 Systems, David Vieau, asegura que el acuerdo con Johnson Controls y la solicitud de suspensión de pagos es lo mejor para la compañía y para sus accionistas en estos momentos.
A123 fue fundada en 2001 para comercializar tecnología avanzada de ión-litio creada por Yet-Ming Chiang, científico de materiales del MIT. La prometedora start-up se convirtió en un fabricante de baterías, haciendo gala de sus contratos de suministro de producción con los fabricantes de vehículos más importantes. Salió con éxito a bolsa en 2009, con una oferta pública inicial de alrededor de 400 millones de dólares (307 millones de euros). Sin embargo, la empresa no ha sido rentable. Además de enfrentarse a la dura competencia de fabricantes de baterías más establecidos, ha tenido problemas con su principal cliente, Fisker Automotive, y sufrió un enorme impacto tras una importante retirada de baterías debida a problemas en una de sus plantas de Michigan, según informa Technology Review.
Fuente:El País